Con casi 45.000 habitantes, la zona está integrada por los pueblos de Adamuz, Bujalance, Cañete de las Torres, El Carpio, Montoro, Pedro Abad, Villa del Río y Villafranca de Córdoba.
A nivel turístico, en Adamuz se puede visitar los Montes Comunales, lugar de interés natural y paisajístico único en el mundo, no solo por su inmensa fauna animal y vegetal, sino también por su oferta de alojamiento rural. En esta localidad también se pueden alojar en el hostal San Andrés y en varios alojamientos rurales. En breve se inaugurará el Centro de Interpretación del Olivar, único por sus características en el mundo, así como la iglesia de San Andrés, la ermita de la Virgen del Sol, la iglesia de San Pío V, el museo arqueológico, la casa de la cultura con el centro de interpretación de Sierra Morena y mucho más. La gastronomía popular, de la mano del restaurante El Chaparro, Casa Pepe o Bar Oliva convierte la visita en un auténtico privilegio para los sentidos.
En Bujalance se puede visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con su torre inclinada, el castillo--alcazaba, así como su plaza, ermita de Jesús, etcétera. Pero realmente en esta localidad hay lugares con embrujo que dejan perplejos a propios y extraños, como el hostal La Querencia, lugar para descansar como en un cinco estrellas. Para degustar los platos típicos se encuentran lugares como Restaurante El Tomate, dirigido por Alfonso Tello de la Rosa, así como Casa Patricio, emblema gastronómico con amplio salón para celebraciones. Su economía gira en torno al aceite de oliva.
En Cañete de las Torres merece la pena visitar el castillo, su museo arqueológico y casas solariegas. Este pueblo agricultor por excelencia, donde el olivar y el cereal se dan la mano, ofrece una excelente cocina de manos de Matías Vega, en Casa Matías o Alcazaba de las Torres, así como de Bar Amarillo, Bar Parras o Los Mellis. Cuenta con un polígono agroindustrial con posibilidades de invertir en este sector y está asentado en un eje agrario de primer nivel en comunicación directa con Jaén.
En El Carpio es un privilegio para los sentidos tener la suerte de subir a esta atalaya del Alto Guadalquivir. Su torre de Garci Méndez confirma el liderazgo de este municipio en manos del Gran Duque de Alba, que dejó su impronta en este lugar, hoy motivo de muchos aconteceres flamencos, así como de buena mesa de manos de José María Corredera, o de arte espectacular, que rezuma por cada rincón del municipio gracias a Scarpia, un encuentro que sobrepasa fronteras. Para descansar, Hotel Macami, un lugar donde se combinas apartamentos con habitaciones incluso con jacuzzi. Para comer, tanto este lugar como Restaurante El Capricho, un marco inigualable para celebraciones y eventos familiares.
En Montoro también existe oferta de espacio industrial junto a la autovía en varios polígonos. Su economía también gira en torno al aceite de oliva virgen extra. Cuenta con una amplia oferta turística. Además de su estructura pintoresca, esta localidad, cabeza de comarca por el gran número de servicios públicos que ofrece a la zona, posee un hotel de tres estrellas de gran nivel, un hostal y diversos alojamientos tanto en Sierra Morena como en el casco histórico, uno de los más interesantes de la península ibérica. Restaurantes como La Primera, Jardinito, El Gordo, Ca' Nico, Casa Yépez, Círculo Primitivo o Casa Jose se han convertido en embajadores de una cocina que combina cultura serrana y campiñesa, con platos de exquisito sabor para el paladar. En Pedro Abad el visitante puede disfrutar de dos museos, uno de Rodrigo Prieto y otro de arte contemporáneo, así como de una ermita que rinde culto al Santísimo Cristo de los Desamparados, la iglesia de Santa Rafaela María y la mezquita Basharat, la primera que se construyó en España tras la dominación musulmana de la Edad Media. Comer en Restaurante Melchor Bollero, Barroco o Macami es un goce para los amantes de la cocina casera y con influencias de la zona.
En Villa del Río, puerta de entrada a la provincia por el este, el viajero puede disfrutar del arte pictórico en su máxima expresión. Cuenta con lugares de gran interés patrimonial, como la ermita de la Virgen de la Estrella o el Ayuntamiento. La iglesia de la Inmaculada o la ermita de Jesús son otras dos de sus joyas. El Guadalquivir abraza el casco urbano a modo de meandro como no queriendo dejarlo. La Casa de las Cadenas, el Museo Arqueológico y al Museo de Manolete convierten a esta localidad en un motivo de visita, sin dejar de lado su buena mesa de manos de Cafetería Frama, Restaurante Cuatro Caminos, Hostal El Sol, Hostal Forum, Bar La Estrella, Ka-Sana y otros bares típicos donde disfrutar de la buena mesa.
Villafranca de Córdoba es un lugar acogedor donde los haya, en el que los vecinos se dejan querer. El camping, el hotel Rocío, el parque acuático, los alojamientos rurales, el albergue Fuente Agria y mucho más convierten a este municipio en un lugar ideal para perderse en cualquier época del año, y al filo de la autovía, en la falda de Sierra Morena y bañado por el Guadalquivir. Posee además un centro comercial abierto liderado por una asociación de comerciantes que día a día fomentan las ventas a todos los niveles. El Alto Guadalquivir ofrece una variopinta estructura natural, turística y de emprendimiento en la que poder desarrollar iniciativas de cualquier índole, sin ninguna aglomeración urbana pero sí con unos espacios ideales para ubicar un negocio basado en la defensa del patrimonio, la arquitectura histórica y la naturaleza.